martes, 28 de junio de 2011

NO ES CRISIS, ES ESTAFA



No es crisis, es estafa, así reza uno de los carteles que portan, en España, los manifestantes del movimiento de los "indignados" o del 15M (por el 15 de Mayo, fecha en que se inició ese movimiento).Y es cierto que es estafa, delito cometido por gobernantes en asociación ilícita con banqueros y empresarios, locales e internacionales que afectó y afecta a un gran número de países emergentes.
El proceso militar, llegó y en pocos meses aumentó en ocho veces la deuda externa argentina existente a Marzo de 1976, sin que se produjera progreso económico alguno en el país y lo que es peor, favoreciendo la fuga de capitales y el cierre de miles de empresas. Con la convertibilidad, y para empresas del Estado y llegó a dividir el país en regiones porque se pensaba pagar deuda con entrega de territorio. Después del gobierno de De la Rúa, duplicando en horas, la deuda que ya para ese entonces superaba los cien mil millones de dólares. Y entonces el ajuste, para pagar con rebaja de salarios y jubilaciones, desocupación y aniquilamiento de todos los derechos sociales, utilizando para ello la famosa "banelco". Para lograr el "maraviíanlloso objetivo" de duplicar la deuda, se pagaban millonarias comisiones a los bancos, que para realizar esa operación sólo debían apretar una tecla en la computadora. Fugado De la Rúa, debemos destacar a Adolfo Rodríguez Saa, al que le alcanzó una semana de gobierno para declarar el “default” y abrir así un camino para la liberación económica de la Argentina. Esa medida permitió llevar la deuda a valores para nada inquietantes, a tal punto que ya no se habla de ella ni del riesgo país. Hoy ronda el 30% de nuestro producto bruto cuando en gobiernos anteriores superaba el 100% de dicho producto.
Y ahora volvamos a España, país que hasta no hace mucho tiempo nos miraba por sobre el hombro porque ellos eran un país ejemplo para las finanzas internacionales, sin evaluar que Argentina también lo había sido y cómo había terminado.

Hoy cientos de miles de personas, principalmente jóvenes, salen a las calles, por ahora pacíficamente, reclamando el fin de los contínuos ajustes y exigiendo “una democracia real, de verdad, participativa”. Basta de desempleo, rebajas salariales, del desmantelamiento de la salud pública, aumento de la edad jubilatoria, todas medidas exigidas por las entidades financieras internacionales, las mismas que le piden a Grecia que menos la Acrópolis venda todo, hasta las islas.
El gobierno español que tan aviesamente actúa en contra de su pueblo pertenece al Partido Socialista Obrero, denominación que hoy no es más que una burla, ya que no es ni socialista ni obrero. ¿Cuál es la alternativa?, el Partido Popular, peor que el anterior. Es tan popular como la U.C.D. menemista.
Quizás esta reacción popular lleve a los españoles a votar por partidos más pequeños en busca de una dirigencia más honesta que defienda el estado de bienestar y los derechos sociales adquiridos después de tantas luchas en el pasado.
Esta protesta española, con más o menos concurrencia ya ha hallado eco en muchos países, algunos de ellos fuera de Europa. Hay manifestaciones de apoyo a España, y de reclamos propios en Grecia, Hungría, República Checa, Francia, Alemania, Portugal, Polonia, Austria, Bélgica, Israel, Marruecos y hasta en Estados Unidos y Canadá.
Los reclamos se pueden resumir en lo que dice un cartel exhibido en Budapest “El sistema no funciona, tenemos que cambiarlo por otro mejor que nos represente a todos”.
Lo que entre otras cosas quieren cambiar los españoles es el euro por la peseta, ya que la moneda única sólo favorece a Alemania, pudiendo decirse que el euro es a Alemania lo que el dólar a Estados Unidos.  Son monedas dominantes que sólo favorecen a estos dos países.
Se aboga y se lucha por un cambio en la sociedad y en la conciencia social, por una sociedad nueva que de prioridad a la vida por sobre los intereses económicos y políticos.
“Es mejor arriesgar y perder que perder por no haber arriesgado”.